jueves, 16 de julio de 2009

DESDE EL CIELO


La mayoría de las veces solemos sentirnos indiferentes ante el ambiente de esta sociedad en decadencia, y lo peor de todo, ante nosotros mismos, y es absolutamente contradictorio, que para ser felices seamos egoístas.
Es como una voz que grita en el desierto, como un grito de ahogo en las profundidades de un océano, ¿Quién escucha la pobreza?, ¿El hambre?, ¿La violencia?, ¿La intolerancia?, somos como un muro que deja caer sus pedazos poco a poco, y solo hay vació ya que nada vale la pena. Solo nos queda ser felices, a cada momento, y disfrutando cada minuto y el viento que sopla en este mundo. Me da risa, es irónico cuando te das cuenta que para ser feliz tienes que ser egoísta, incluso, si morimos, alguien sufrirá. Esto somos, a esto nos subordinamos. ¿Quién nos mira desde el cielo? o es la Esperanza un sueño efimero.